viernes, 7 de enero de 2011

¡Messori fumaba!




Escandalosa revelación. Ahora que el Gobierno ha expulsado a los fumadores a las tinieblas exteriores, me llega esta terrible confesión de Vittorio Messori:

"No tenía vicios secretos ni tampoco explícitos. Fumaba, pero todos en casa lo hacían, hombres y mujeres, y si yo no lo hubiera hecho, hubiera parecido un excéntrico. Eran, amigo mío, otros tiempos bien diferentes a los de hoy, estos tiempos nuestros de lo "sanitariamente correcto", de la persecución buenista e hipócrita por parte de una sociedad de esnifadores de cocaína, de consumidores de jeringuillas, de alcohólicos, de clientes de turismo sexual: todos ellos, edificantes cruzados contra el tabaco como vicio no elegante, propio de portorriqueños y de negros".

Acabo de leerla en la página 214 de un libro que lleva por título Por qué creo, y el tabaco me proporciona la excusa para hacerme eco de este extraordinario relato autobiográfico, a la altura de las grandes semblanzas de Lewis, Chesterton, Guitton o Frossard.